miércoles, 20 de mayo de 2020

Valores 6º: Nuestras emociones durante el COVID-19 (Resilencia)



Durante el tiempo de pandemia, hemos sufrido muchos cambios de emociones debido a la información que recibimos de los medios de comunicación, de nuestros mayores, de amigos, de las redes sociales, etc. Unas ciertas y otras no, pero al fin y al cabo, las hemos recibidos.
Las emociones pueden potenciar o frenar el aprendizaje en determinados momentos. La situación generada por el COVID-19 es altamente emocional y va a resultar difícil que una propuesta educativa por mi parte, sea de EF, Valores o Matemáticas  tenga éxito si no soy capaz de sintonizar con vuestras emociones e incluso también, con las mías.
¿Cuáles son esas emociones? ¿Las habéis identificado?
·         Miedo, ansiedad, estrés
·         Incertidumbre, inseguridad
·         Incredulidad, escepticismo, negación
·         Enfado, irritabilidad
·         Desconexión (“no va conmigo”)
·         Solidaridad, responsabilidad, deseo de ayudar
·         Otras: la variedad de emociones en situaciones de crisis puede ser muy amplia. Va a depender de muchos factores, de las circunstancias en las que estáis viviendo la situación en casa, de la información que estáis recibiendo, de cómo la estáis interpretando, de vuestra experiencia...
e   Es importante y muy interesante, que te detengas durante unos 5 minutos, cierres tus ojos e intentes recordar e identificar las emociones que has ido experimentando durante el periodo de confinamiento. ¿Hay algunas de los que no he mencionado antes? ¿Cuál o cuáles? ¿En qué momento o situación experimentaste esa emoción?
   Esta pandemia, tiene muchos elementos negativos (muertes de amigos y familiares, pérdidas de empleo, poca libertad de movimientos, etc..). Pero también tiene aspectos positivos tales como poner a prueba la capacidad de resilencia en las personas. 
 Las crisis no son deseables, no son “buenas”, pero pueden llegar a ayudarnos a aprender cosas que nos valdrán toda la vida y que nos ayudarán a afrontar otras crisis, grandes o pequeñas, con una “caja de herramientas” bien preparada.
Una crisis nos puede ayudar a:
·         Aprender a prepararnos para imprevistos.
·         Aprender a planificar, a organizarnos y a priorizar.
·         Aprender a “prescindir”, a centrarnos en lo importante y en lo esencial.
·         Empatizar con las personas más vulnerables y entender mejor la situación de las personas que se enfrentan a emergencias cada año en el mundo.

·         Desarrollar nuestro sentido de la responsabilidad, de la colaboración y, aunque suene raro, aprender a “no ser una carga” y aflorar valores y capacidades nuestras que estaban por ahí dentro escondidas.

    Hablamos de resilencia, un concepto que sé que es difícil de comprender para vosotros.
    La resilencia es la capacidad de recuperarse del estrés, la adversidad, el fracaso, los desafíos o incluso el trauma. Es una habilidad que vais a ir adquiriendo poco a poco, en la medida que vais creciendo. Los niños que tenéis esa capacidad sois más capaces de enfrentaros a riesgos saludables porque vais a tener menos miedos de no estar a la altura de cualquier expectativa. A mayor resilencia, mayor curiosidad, más autoconfianza y más valor para enfrentarse a las cosas, sobre todo a los cambios que os viene ahora (pasar al instituto, por ejemplo). Gracias a la resilencia vais a poder conocer mejor vuestros límites y seréis capaces de salir de la zona de confort, con lo que os ayudará a conseguir vuestros objetivos a lo largo de la vida (ser futbolista, piloto de aviación, maestro, mecánica o camionera). Así que a continuación, te dejo varios cortos para que entendáis mejor el concepto de resilencia.


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Fragmento de la película: Billy Elliot

                                                  
                                                 Película completa: En busca de la felicidad.
                                                                     


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