Cuando el fútbol olvida los valores deportivos.
Autor: Diego García
06-03-2011
Periódico El Imparcial.
El balompié es uno de los deportes que más beneficios genera y que más aficionados moviliza en el mundo. El reconocimiento al buen trabajo de un futbolista se multiplica de forma exponencial debido a la relevancia que otorgan a este deporte sus seguidores, medios de comunicación y organismos deportivos. Sin embargo, la sublimación de la figura de un jugador puede traer consecuencias inesperadas. Los halagos no siempre mejoran el rendimiento en el campo y, en ocasiones, se transforman en una losa que limita y distrae a la persona que porta la camiseta de un equipo de fútbol. Tras una mejora sustancial en el sueldo a percibir o un fichaje con cantidades mareantes, el fantasma de la presión acecha a la competitividad del futbolista
En los últimos días se han encadenado varios acontecimientos que muestran las desviaciones que los jugadores experimentan cuando las exigencias y el salario presionan sin descanso. El epicentro español de estas conductas extra y antideportivas se ha localizado en Valencia. El equipo peleó y rozó el éxito frente al Barcelona en Mestalla, pero los días previos a este choque estuvieron protagonizados por dos de sus jugadores. El primero de ellos, Miguel Brito, fue apartado del equipo de “manera indefinida” por llegar una hora y media tarde al entrenamiento del viernes 25 de febrero. El club decidió tomar esta medida debido a la reiteración de actos indisciplinados que el lateral portugués acumula. La suspensión del jugador, justificada desde la institución valenciana, ha recibido algunas críticas desde el seno del vestuario. Ricardo Costa ha explicado que es “amigo de Miguel” y lamenta lo que está sucediendo “porque daña al jugador”. Joaquín, el capitán del equipo, ha señalado que Miguel es “uno más” y que “es una decisión que toma el club y nosotros —los jugadores- no podemos hacer nada”.
El segundo protagonista de la semana en el conjunto “che” ha sido el central David Navarro.El defensor batalló de forma noble con el delantero del Athletic Fernando Llorente. Ambos gozan de un físico potente, por lo que la batalla resultó espectacular. Sin embargo, el jugador valencianista desvirtuó la lucha en un salto con el rematador vasco. Navarro propinó un codazo a Llorente y, acto seguido, se dejó caer argumentando que sentía mareos por un presunto golpe. La reacción de los miembros de la plantilla vizcaína no se hizo esperar. El delantero de la selección española, que necesitó tres grapas para cerrar la brecha consecuente del lance, declaró tras el encuentro que “Navarro ha hecho el papelón de su vida, seguramente le den un Oscar”
Sin embargo, la salida de tono más complicada de justificar aconteció en una fiesta organizada por el Balón de Oro Ronaldinho Gaucho. En aquella celebración se produjo una presunta violación con un futbolista como acusado. La Fiscalía de Milán ha iniciado una investigación al futbolista Alessandro Mancini, uno de los jugadores que más dinero han movido en los últimos años en la Serie A. Al parecer, la Fiscalía acusa al jugador del Inter de Milán de haberse aprovechado del estado de embriaguez de una mujer y haberla “forzado a mantener relaciones sexuales” provocándole lesiones. Mancini, una de las estrellas de la Roma, fue traspasado al Inter con el cartel de piedra angular del proyecto ganador de los nerazzurri. Sin embargo, el carioca no ha sabido gestionar bien la responsabilidad y las nuevas obligaciones, ya que ha sido catalogado como uno de los peores jugadores del pasado año.
Pero, ¿por qué los futbolistas de élite adoptan estas conductas comprometedoras tanto dentro como fuera de los terrenos de juego?¿Qué provoca el cambio de actitud en un profesional responsable y eficiente? El Imparcial ha consultado sobre estas cuestiones al psicólogo deportivo Eneko Larumbe Zabala. El doctor nos explica que en deportistas de élite es muy importante “que se empiece a trabajar desde pequeño, porque si no se aprende a manejar las situaciones de presión, de mayor es complicado”. El elemento psicológico resulta decisivo en el rendimiento de los futbolistas, ya que “hay deportistas que con unas condiciones físicas inmejorables no llegan al éxito de Rafa Nadal, que sí ha tenido una formación en este sentido desde que era pequeño”.
Con respecto a la gestión de las nuevas responsabilidades y expectativas cuando un jugador experimenta un aumento considerable en el sueldo y su posible influencia en su rendimiento, el doctor Larumbe indica que este cambio “acarrea problemas”. “Antes le servía que su padre le asesorara, pero con un capital elevado entran en juego un grupo de asesores, abogados, representantes y managers”. Con respecto al caso del jugador brasileño, el psicólogo argumenta la importancia de este entorno junto a la educación que el jugador haya tenido en su infancia en relación a la gestión del capital: “Una persona que ha nacido en una familia con dinero y que esté acostumbrado a manejarlo, le será más fácil. Sin embargo, una persona que no esté acostumbrada, tiene que ser bien asesorada”. Pero, ¿qué papel debe jugar el entorno que aconseja al jugador?
Para dar respuesta a esa pregunta hemos consultado con el representante de uno de los jugadores que más han sufrido el acoso de la prensa por causas extradeportivas, Diego Tristán -pichichi de la Liga con el Deportivo y protagonista del triunfo gallego en el “Centenariazo”-. Marc Salicrú nos explica que “el futbolista tiene que estar centrado exclusivamente en lo que pasa en el campo y, fuera de él, debe tener un agente que gestione todo lo demás, ya que puede distraerse y perjudicar su rendimiento”. Salicrú analiza además el peso que puede ejercer en el jugador su valía en el mercado de fichajes: “Esa valoración a veces se puede convertir en un handicap y una presión añadida tanto para el futbolista como para el club”. El representante considera que el mayor peligro para un futbolista es sentirse indiscutible, ya que tiende a “aflojar” y se “acomoda”. Con respecto a la relación de los clubes con los deportistas, Marc otorga toda la relevancia a la confianza mutua y el buen conocimiento del futbolista por parte de la institución. “Los clubes pueden controlar al jugador mientras está bajo su mando (entrenando, concentrado...) pero el resto del tiempo, el futbolista debe saber bien cuál es su rol y lo que le conviene y lo que no”.
El doctor Larumbe añade un elemento diverso a la relación jugador-club y la influencia en su rendimiento. Nos explica que, en la actualidad, los clubes no siempre se dirigen directamente al futbolista: “Los grandes equipos que tienen psicólogo trabajan más con el entorno familiar que en cualquier otro ámbito”. En el ejercicio de la labor psicológica con los deportistas, el doctor argumenta que “hay veces que es más conveniente usar la vía del entrenador, ya que es el que pasa más horas con el deportista”.
El papel del entrenador como figura influyente a nivel psicológico en sus jugadores está ganando terreno en los últimos años. El peso de la gestión de una plantilla se divide entre lo físico y lo psicológico, aunque el aspecto mental se antoja imprescindible en la actualidad.Manolo Jiménez, entrenador del AEK de Atenas, nos explica que es necesario integrar todas las facetas en la preparación de una plantilla. “Todo en el fútbol es importante porque hay una gran igualdad y una gran preparación de todos los clubes, pero la psicología es muy importante para marcar la diferencia”. El balompié ha evolucionado en cuanto a modelo de planificación de las plantillas, de la estructura organizativa de los clubes y en relación a la reglamentación del juego, pero la definitiva implantación de la terapia psicológica en el trabajo de vestuario, ha significado una verdadera revolución.
Hola nacho soi maria de 5B y en el juego libres el que mas se bota en la clase y le conba
ResponderEliminarTE MANDO UN VESAZO
MARIA